jueves, 16 de septiembre de 2010
¿Bidet o no bidet?
(extracto)
Nos referiremos hoy al hecho candente en la sociedad como lo es el cuidado del agua.
Y en esta rama aparece un objeto que por ser cotidiano no permite la posibilidad de ser justamente analizado. Es el bidet un objeto de lujo? Es un derroche del preciado bien? La pregunta es de origen eminentemente ecológico. La erogación de ese bien tan preciado como es el agua para limpiarse aquella parte del cuerpo tan defenestrada, suena en principio como algo de mala calaña para aquel ojo verde de tan fina estampa.
Pero lo cierto es que el hecho debe ser analizado porque en el mismo entran muchas cosas en juego
Limpiarse el culo con agua potable, es no menos que escandaloso, pero no lo es tanto si ponemos en consideración el otro elemento ecológico en cuestión. El papel higiénico. Quien no se ve galardonado con la presencia del considerado bidet, deberá usar bastante más papel para, digamos, limpiarse el culo. Habría que ir a una industria papelera e investigar en sus costos de operativos y de producción (¿Se utiliza agua en ese proceso? ¿Cuantos mililitros por metro?)
Porque usar bidet disminuye considerablemente la cantidad de papel utilizado. Sin hablar si usamos la toallita, que la verdad da como asquito. Uno se acostumbra con el tiempo, cuando es chico sobretodo uno no se anda fijando en esas pequeñeces, pero de grande si, se pone uno quisquilloso.
El tema de la toallita... creo que es más plausible de ser usada en un entorno familiar, en donde, digamos, todos comen lo mismo... En ese caso no debería haber mayores problemas o entre celos… pero para la visita, papel. Y si, digámoslo, es inaceptable en lugares públicos, hasta de mal gusto encontrar uno de estos en un baño de restorant por ejemplo. Muy mal gusto… más si no hay papel… uf!
Pero si el bidet cumple sus funciones, la cantidad de papel que se gasta es muchísimo menos.
No entiendo porque no se mudnializa el bidet. Algo tan práctico…
Primero y principal es el fiel servidor y apaciguador de “la campanita”… que es algo me parece mucho más masculino, sobre todo de eso que son velludos… Poruqe puede ser muy divertido quedarse sarandenado levemente hasta sentir el ansiado “plop” mientars se lee el diario, pero es terrible cuando estas apurado, tenes una cita importante, no hay suficente papel, y tenes la campanita… que haces!!!
Es una técnica refinada digna del regquetón más suave. No debe zarandearse en demasía para que no se adhiera a un lateral provocando un desastre aún mayor. Tampoco debe zarandearse de atrás hacia adelante porque, digamso compite con el otro aspecto intervineinte, que por diferencia de embergadura (esto depende de c/u) pueden dar un peligroso acercamiento enchastril.
Lo mejor es conservar el ritmo y en todo caso que sea un zarandeo cortito y frenético. Si se puede, sino paciencia. En si la campanita es un ejercicio de la paciencia.
Porque si hay campanita el pedazo es grande, y el enchastre es épico, un enchastre de 5 o 6 metros de radiante y costoso papel higiénico.
De todas manera, la mejor manera de evitar el enchastre es la técnica del samurái. Se abre uno completametne de gambas hasta que las rodillas formen un angulo en 90° y haga que ambas entrepiernas queden en línea perpendiclar al piso (hay q tener buenos cuádriceps) apoya las manos en las rodillas, contiene el impulso caquil, y luego lo larga de un solo sopetón, fiiiiuuuuu, y cierra el efinter.
Una vez. Mas de una se corre riesgo de campanita.
De esa manera nos aseguramso que solo caiga la cantidad de mierda justa y necesaria para seguir con nuestra tarea diaria, rebosantes de haber podido echarse un buen cago con el menor desgaste ecológico posible.
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